Me enamoré antes de viajar a estudiar un Master

Y pensar que hace un año escribí sobre ti aún sin saber qué pasaría: Una vez más.

Tuve miedo? Claro, obviamente lo tuve y bastante pero esta vez, no me detuvo ni dejé que me saboteara.

Debo admitir también que tuve los mejores consejos en su momento y pude darme cuenta que si todo empezaba a fluir tenía que ser por algo. (Gracias Go, Gracias Gareca)

Agradezco hasta ahora la oportunidad de haberme podido enamorar y que se enamoren de mi, de decir te amo y que me digan “Yo también te amo” o viceversa, de poder abrazar fuerte a mi compañero y que me abrace de la misma forma, que tanto me gusta, de reír con él, y/o reírnos de nosotros, de poder presentarlo como mi flaco y que me presente así, de poder conocer a su familia y él a la mía y un largo etc. 

No les voy a mentir, me siento afortunada por esa oportunidad (Por la Sarita) y también entiendo que se dio en el momento que tenía que darse, cuando menos lo pensaba (esta vez no porque había dejado de creer en el amor sino porque estaba enfocada en mi, en mi felicidad y en lo que quería para mi).

Quién diría que en ese momento cuando Yo era lo más importante para mi y lo que más amaba, Diosito y el Universo me iban a dejar encontrar… (“Baia baia, vamos a poner interesante esta trama” estoy segura que dijeron jeje).

Y es que alguna vez fui a La Fontana Di Trevi (Roma – Italia) a pedir mi deseo en el famoso lugar de los sueños que se hacen realidad. (Fue durante mi primer Eurotrip)

Aquella vez, no pedí tener amor o que este llegara a mi por fin, no. Para ese entonces, ya había escuchado la mejor frase que una amiga me pudo decir: “No pidas amor porque tú sola ya lo eres” (Gracias Luchi, cambiaste todo mi enfoque y entendí que a eso debía apuntar).

Tenía que enamorarme de mi y amarme y claro fue y es también un proceso por el que aprendí a conocerme, a aceptar mis “locuras”, no siempre tenemos las mismas de los demás y tenía que entender que eso también estaba bien.

Tuve que aprender a reconocer que cosas aún me dolían y digo reconocer porque no es fácil aceptar o querer buscar en sí que es lo que te puede aún doler.

Pero así fue el proceso, y siento que cada cosa llevó a la otra y que el deseo que pedí aquella vez se cumplió. Pedí aprender a amarme con todas mis fuerzas e ir por mis sueños y sobre todo creer siempre que sí podría. Y claro, dejarme encontrar en el momento que tenga que ser.

Quien diría que cuando por fin ya decidiera estudiar el Master que tanto quería, me iba a dejar encontrar jeje y es que la vida es así, no la he inventado yo.

Algunos no se demoran nada en ser encontrados, otros demoramos más o mucho más la verdad jaja pero entiendo también que cuando llega, llega y qué bonito se siente.

No se que pasará mañana, ni en un mes, ni en un año pero haberme dado la oportunidad de llevar una relación a distancia fue también una de las mejores cosas que pude hacer.

No me arrepiento, estoy y sigo estando enamorada. Ahora ya estamos juntos después de casi 11 meses otra vez y ha sido genial.

No hay una clave para tener o llevar una relación así pero en base a mi experiencia si me gustaría contar cómo hicimos para no morir en el intento pero ya en un siguiente post, porque sino como diría Clau (una fiel lectora de este blog) “mucha miel” jajaja.

Pero amigos, ya me tocaba pues, comprensión, soy humana.

Hasta un próximo post!

Adeu.

Una vez más

P.d: Esto fue lo que escribí hace más de un año cuando esta historia recieeeeén empezaba y no tenía idea de cómo sería o cuántos capítulos tendría: Una vez más